viernes, 20 de noviembre de 2009

Sir David Attemborough, La LEYENDA

(Ver artículo ampliable más abajo). Este es uno de los momentos más felices de mi vida profesional. Cuando le concedieron el Premio Príncipe de Asturias a Sir David, sin duda la persona viva a la que más me gustaría conocer (de los fallecidos serían Sir Richard Francis Burton y Hernán Cortés). Alguien en el periódico ABC se acordó de mi pasión por él y me encomendó escribir un artículo sobre mi ídolo. Cuando vi esta página en la que mi foto está bajo la suya, discúlpenme la sinceridad infantil, me sentí como en las mañanas de Reyes Magos. En España pocos le conocen, pero es una leyenda internacional. Cuando aquí tengamos más cultura de documentales, cuando los que critican a los programas de televisión degradantes se den cuenta de que somos la alternativa, cuando el Gobierno nos apoye como en Francia, Reino Unido, Alemania y todos los países inteligentes, entonces sabremos quién es Sir David. Con los que hacemos documentales de naturaleza no cuentan los gurús de lo que ellos llaman Cine (¿a quién le interesan las ballenas estando la guerra de Irak, la inmigración ilegal y las drogas, que son los temas redundantes de los que hacen "cine documental"?) no nos veréis en los Goya, tampoco somos televisión (no nos busquéis en esos premios tampoco, se los dan solo periodistas a otros periodistas), no somos científicos, ni periodistas, ni naturalistas, parecemos no existir. Sin embargo la única persona en el Planeta que tiene un Nobel y un Oscar es Al Gore y lo es por un documental, Jacques Ives Cousteau, llamado el Captain Planet era invitado a las cumbres mundiales junto a los más altos mandatarios y Félix Rodríguez de la Fuente es el padre intelectual de todos los biólogos, veterinarios e Ingenieros de Montes de más de 35 años en España gracias a que vimos sus documentales de niños. Incluso el premio que ha recibido Sir David es de "Ciencias Sociales", igual que el Nobel de "Medicina" lo reciben biólogos desde hace lustros sin que nadie se de cuenta de ello. En España nadie parece saber quiénes somos ni dónde estamos. En las televisiones emiten constantemente reportajes a los que denominan erróneamente documentales, y sin embargo todo el mundo parece fascinado por los auténticos documentales de naturaleza, todos menos los políticos, los responsables de ayudar a la cultura y los directivos de las cadenas de televisión. Felicidades Sir David, felicidades a los gestores de los Premios Principe de Asturias, que han demostrado una vez más que están a una altura extraordinaria. Cuando nadie sabe escribir su nombre, y menos pronunciarlo, ellos han sabido ver un secreto a voces: necesitamos al cine documental de naturaleza más que nunca, el penúltimo reducto de la esencia de los exploradores decimonónicos, el primate que todos llevamos dentro, el único antídoto eficaz contra el virus de la televisión basura. Gracias Sir David.

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