lunes, 15 de noviembre de 2010

LOS OJOS DEL LOBO. relato escrito por FLM.



Wyoming.  En la foto equipo de rodaje en Yellowstone cuando ocurrieron los hechos del relato.
Sept. 2000.
LOS OJOS DEL LOBO.
Copyright  Fernando López-Mirones.


El aire de Lamar es dulce porque el río pasa despacio sobre las piedras, acariciándolas apenas, permitiendo que ese aroma húmedo que noto impregne al viento. Ellos están aquí, y venimos a buscarlos. La gran manada mató ayer junto al límite del bosque, por eso hoy deberían seguir cerca, ahítos de carne fresca, contentos y juntos.
Los bisontes que pastan junto a nosotros ni siquiera nos miran, sus testas enormes no temen a nada. Son la esencia misma de la nobleza y les importa muy poco nuestra presencia.
Un lobo negro, muy grande, es el líder de la gran manada de Druid Peak. Campea junto a mas de una decena de sus hijos crecidos, y sus dos hembras dominantes. Una hembra más completa esta familia cazadora.
Caminamos atravesando los pastos rubios del valle abierto en cuyo centro brilla el río. A los lados, líneas de abetos lejanos oscurecen las laderas suaves hasta llegar a las altas mesetas que flanquean el conjunto.
En el suelo, huellas de lobo entre los trozos de la madera fosilizada de bosques arcaicos; en el suelo, heces de lobo con trozos de los huesos destrozados de alguna de sus víctimas.
De pronto un coro terrible hiela la sangre, la nuestra y la de cualquier mamífero de un tamaño comprendido entre el ratón y el bisonte. El aire ya no es tan dulce, se atraganta y pica; hasta las hojas dejan de chasquear cuando veintidós lobos aúllan a la vez. El primer impulso es quedarse quieto, inmóvil, tratando de desaparecer de la escena por fusión. Pero pronto algo te recuerda que estás ahí, con ellos, junto a ellos, tal vez más cerca de lo que desearías.
Un escalofrío ancestral recorre tu espinazo: ¿quién es hoy el cazador y quién la presa?
El sol se ha ido casi del todo haciendo que la más pequeña mata proyecte mas sombra de la que merece su porte. Entonces, cuando todo se vuelve gris, cuando es difícil reconocer el paisaje desdibujado, es cuando los perros negros de Lamar se sienten a gusto, es la hora del lobo.
-¡Corre!,¡está corriendo¡... ¡está corriendo... hacia aquí!. - Con la boca abierta, las orejas erectas y la lengua balanceándose a un lado y a otro como un trozo de carne muerta, un enorme lobo gris galopa con la mirada fija en mí.
Al momento, una docena de manchones negros suben y bajan entre las artemisas, no hay duda, más de veinte individuos siguen al primero.
Sin mover un músculo vemos como la jauría se acerca, por un momento nos sentimos como el alce viejo, como el bisonte herido, igual que el wapití que sabe lo que le espera.
Repentinamente el lobo grande frena en seco y se queda mirándonos fijamente con las orejas muy rectas; mueve su cabezota levemente de un lado a otro tratando de apreciarnos mejor. Los de atrás imitan cada movimiento de la vieja hembra que es madre de varios de ellos. Ella huele el aire y mira hacia su derecha.
A unos doscientos metros cincuenta y cinco kilos de lobo negro destacan incluso en la penumbra del ocaso. El líder es todo sombra salvo sus ojos, dos agujeros rasgados y amarillos, dos trozos de furia rodeados de las cicatrices de mil lances victoriosos.
Tiene cinco años de edad, y los biólogos de Yellowstone le llaman “21”. Su madre fue la célebre loba “número 10”, que llegó junto con otros ejemplares en camión desde Canadá en 1985 para ser reintroducidos en este Parque Nacional. De la madre de 21 se cuentan muchas historias. Al parecer fundó dos manadas y trajo al mundo a más de veinte cachorros durante esos años.
Aprendió a matar a los enormes bisontes y enseñó a sus hijos a elegir a los heridos y viejos, a seguirlos durante días a través de los páramos helados para acabar mojando sus caras en la sangre tibia del coloso recién abatido.
”21” aprendió con ella a apreciar el sabor amargo del enorme hígado humeante, y la jugosa lengua que sale de una pieza cuando se sabe cómo tirar de ella adecuadamente.
“Número 10” era una loba completamente negra cuando la soltaron en el Valle de Lamar. Seis años más tarde los ranger de la estación de Mammoth no daban crédito a sus ojos cuando vieron a una vieja loba cana acercarse a ellos caminando entre los géiseres humeantes en una mañana helada de enero. A corta distancia de los primeros edificios, pero aún con sus patas sobre tierra salvaje, la loba comenzó a aullar. Así estuvo todo el día, y toda la noche siguiente ... bueno, toda no. Al amanecer los ranger vieron su corpachón muerto tendido sobre la nieve. Al acercarse comprobaron atónitos que aquella loba de actitud extraña era “número 10”, que había cambiado completamente de color.

Para entonces la vieja pionera había llenado Yellowstone de fornidos lobos de color noche, todos fuertes, todos grandes, todos hijos suyos.
“21” es uno de ellos, y cuando su hembra dominante le mira así, sabe que ella está esperando su decisión acerca de nosotros. Pero su madre le enseñó a evitar a los monos erguidos que les miran por tubos de cristal. Son inofensivos casi siempre, pero no se comen y traen problemas; de modo que “21”  se levanta, gira en redondo, y trota en dirección contraria encarando al viento. De inmediato su hembra repite la maniobra seguida de la manada.
Mientras se alejaban de nosotros, “21” paró un momento y nos miró volteando solo su cabeza. Por un instante volvimos a sentir ese escalofrío, esa sensación eléctrica que tienen cuántos miran de frente a sus ojos de diablo, lo último que ven sus presas antes de que su horizonte se tiña de rojo.

                                                                       F.L.M.
                                                                       Sept. 2000.

martes, 9 de noviembre de 2010

Próximos CURSOS INICIACIÓN A LA FILMACIÓN DE DOCUMENTALES DE FAUNA SALVAJE Y NATURALEZA:

Próximos CURSOS INICIACIÓN A LA FILMACIÓN DE DOCUMENTALES DE FAUNA SALVAJE Y NATURALEZA:
Cádiz: 3 y 4 de Diciembre.
Valencia: 10 y 11 de Diciembre.
Barcelona: 19 y 20 de Marzo.

información e inscripciones:
http://laisladelosdelfines.ning.com/group/clubdelasfilmacionesdedocumentalesdefaunasalvaje?xg_source=activity

lunes, 8 de noviembre de 2010

Presentación del documental ULTIMATÚN en las III Jornadas del Atún Rojo del Mediterráneo

                                           El pasado 27 de octubre tuvimos el honor se ser invitados a presentar nuestro documental ULTIMATÚN en el seno de las III Jornadas del Atún Rojo Mediterráneo, Investigación para la Sostenibilidad, organizadas en L'Ametlla de Mar (Tarragona) por el Grup Balfegó con el apoyo del Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y la Generalitat de Catalunya, entre otros. Tras las interesantes ponencias de científicos de probado prestigio como el Dr. Francesc Alemany (experto en ecología larvaria del IEO), D. Antonio Di Natale (Coordinador del Atlantic Wide Research Programme on Bluefin Tuna del ICCAT) o la Dra Ana Gordoa (CSIC), contamos también con la perspectiva de autoridades como Dña. Aurora de Blas, Subdirectora General de Economía Pesquera o Dña. María Antonia Trujillo, Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino del Congreso, o el prestigioso restaurador experto en sushi con una estrella Michelín Don Ricardo Sanz del restaurante Kabuki Wellington de Madrid. Con la presencia además de primeros espadas de la investigación sobre el atún rojo como los doctores José Luis Cort, Fernando De La Gándara y Aurelio Ortega  todos del IEO o Antonio Belmonte del Grupo Fuentes, y representantes del mundo del gigante como la bióloga Ana Santos de OPP51 (almadrabas de Cádiz), entre otros.
Pero lo más emocionante fue sin duda ver las caras de los pescadores y sus familias. Confieso que ver llorar a las personas cuando ven mi película es el mayor de los privilegios, que compensa tantas penalidades y luchas por sacar adelante una película documental en un mundo audiovisual dominado por los programas de poligoneros de cerebro hormonal y las verdades a medias. Y pido ayuda, desde aquí la pido, para mejorar nuestra televisión, y con ella lo que ven nuestros hijos. Necesitamos documentales que nos emocionen y nos cuenten historias. Como dije allí, con lo que cobra Belén Esteban por una sola aparición en pantalla, nosotros podemos hacerles nadar con gigantes en la noche del Mar Mediterráneo. El gobierno de Francia apoya a sus documentalistas, y el de Inglaterra, y el de Italia, y el de Alemania. Y el de España, a través de la Fundación Biodiversidad, apoya los documentales de Francia (Océanos), Inglaterra y Alemania. No hemos recibido ni un solo euro de ayuda del estado para sacar adelante ULTIMATÚN, siendo el mejor proyecto presentado (reconocido por ellos mismos). Pero el asunto del atún rojo da miedo a los políticos: "a ver qué vas a contar" me decían en petit comité. Luego vemos lo que vemos en RTVE con ayudas de Biodiversidad. No sé, me gustaría que se ayudara a la calidad, a los trabajos serios, y no a los de siempre con sus consejitos estúpidos sobre grifos y cartones.
                                         Las asociaciones ecologistas fueron invitadas a estas Jornadas, me hubiera gustado que vieran mi película y oír su opinión; me hubiera encantado charlar amigablemente y enriquecerme con sus posturas y opiniones, me hubiera gustado incluso despedirnos con un abrazo, pero declinaron asistir. Mientras, hablan todos del nuestro admirado Félix Rodríguez de la Fuente. ¿Qué diría él de esto?. Pues los que ahora hacemos ese trabajo maravillosos de filmar a la naturaleza no recibimos el apoyo debido. Caballeros, lamentablemente Félix no podrá filmar ya más documentales, pero nosotros sí, ayúdennos, y no le den el poco dinero que dedican a ayudas a documentales de naturaleza a una producción francesa como Océanos que ha recibido 50 millones de euros de las  instituciones  de su país. Con lo que el MARM español les dio, se han pagado la cena del último rodaje, y a mí me hubiera venido muy bien, como documentalista español, que mi gobierno creyera más en mí. Ahí está Ultimatún, nos vemos en la próxima.