En el plató de VILLANUEVA tras una entrevista para el Festival KERYGMA AWARDS con sus promotores Don José Pedro Manglano y Don José Bernardo San Juan |
Además de los mencionados Al Gore y Cousteau (que, por cierto, era tan popular en todo el mundo, que le llamaban Captain Planet y le invitaban a las cumbres de mandatarios junto a los estadistas internacionales para opinar sobre los temas más importantes), tuvimos a nuestro Félix Rodríguez de la Fuente, el hombre más respetado e influyente de su tiempo en España, que también estrenó en el cine su película largometraje ALAS y GARRAS con la que ganó, entre otros muchos premios, uno en el Festival de Cine de Gijón. De su popularidad dan fe algunos datos curiosos, como el de ser reconocido en España desde 1971 hasta 1974 como "el personaje más famoso después de Franco", o que según un estudio, el 70 % de los estudiantes de Ciencias Biológicas en España en su tiempo decían hacerlo por su influencia, además de que su serie El Hombre y la Tierra ha sido vista por millones de personas en los cinco continentes. Entonces ¿porqué pasa esto ahora en España?. Hemos inventado un término para definirlo, el FELIXISMO, a saber: la repentina muerte de Félix dejó huérfanos a millones de seguidores, pero dejó algo más, un efecto no deseado, varios intentos de ocupar su lugar en el Olimpo de las gentes, llevados a cabo por personas cuyo afán no era el ser tan buenos como él, sino simplemente el de ser tan famosos. Surgieron durante decenios una suerte de Belenes Esteban de la naturaleza, muchos de los cuales aún colean: los NATURALISTOS. Sin preparación cinematográfica, ni audiovisual, ni científica, ni periodística, y lo que es peor, sin el más mínimo atisbo de talento alguno. En mi opinión acabaron con el público español, lo agostaron, consiguieron engrandecer a Félix más que nunca, hasta el punto de que sus películas se siguen vendiendo y emitiendo. Algunas voces dicen ¿porqué no se hace esto de nuevo?, ¿no hay ningún nuevo Félix de verdad?. Tratamos de reparar este daño, los de Félix eran tiempos de un solo canal de TV, ¡uno solo!, es decir, todo el país veía exactamente lo mismo, ¿es imaginable un fenómeno así con decenas de canales?, lo es, pero hace falta llevarle a la gente lo que está demandando. Que la necesidad existe lo demuestra el renacimiento, tímido pero existente, de similares personajes, como el señor Punset, por ejemplo. Y así, tratando de convencer a tirios y troyanos de que los documentales de Historia Natural también existen nos seguimos preguntando porqué a tanta gente del medio audiovisual la HISTORIA DE LA VIDA (ahí es nada) les sigue pareciendo un contenido poco "intelectual" (en un examen de bioquímica los quería yo ver), o sin importancia, o secundario, comparado, por poner un ejemplo, con la fascinante vida de un trompetista cubano.
Entrevista para promo KERYGMA AWARDS |
Y tras la visita a la Academia, entrevista en el Plató de VILLANUEVA para la promo del Festival KERYGMA AWARDS.
3 comentarios:
Me ha gustado mucho leer este artículo, pero me duele intuir que no tendrá mucho alcance. Debería publicarse en un medio de altísima divulgación.
Eduardo Barrachina
Entrada acertadísima. Tiene toda la razón, los documentales deberían estar en primera fila en todo lo que se refiere a artes cinematográficas, tanto de cine como de televisión.
Y respecto a Félix Rodríguez de la Fuente, lo mejor es reconocer la unicidad de su persona, no tratar de repetirlo. Una cosa es la sana emulación y otra, como bien dice, pretender sustituirlo. Era único.
Enhorabuena por esa labor que realiza.
Excelente artículo. Lo ha expresado de forma clara y contundente. Para demostrar más aún el desprecio por parte de la Academia de Cine Español por este tipo de documentales, cabe apuntar que en unos premios tan mediáticos cómo los Oscar a lo largo de su historia han sido premiados más de mediada docena de documentales de historia natural.
Le incluyo en la lista de favoritos de mi blog Plano Detalle dedicado al cine de divulgación científica y cultural, al cual le invito visitar.
Un saludo y enhorabuena por su trabajo.
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